Abu Al-Umamah Bahili

Abu Al-Umamah Bahili

 (Que Alá esté complacido con él)
Soldado y Maestro
(M. 81 AH)

Nuestro Héroe del día de hoy es recordado por dos de sus principales contribuciones: uno en el campo de la enseñanza y la transmisión de las tradiciones proféticas, y el otro, en su desafío a los ejércitos romanos de Oriente, en el encuentro que abrió el camino para la liberación de la región de los sirios, incluida Palestina, y extendiéndose posteriormente a Egipto y África del Norte.

Nuestro héroe nació veinte años antes de la Hégira (emigración del profeta Muhammad (que la paz y la misericordia de Alá sean con él) de La Meca a Medina. Cuando era niño y joven, solía escuchar acerca del Profeta Muhammad (que la paz y la misericordia de Alá sean con él), las enseñanzas revolucionarias y los principios que predicó en la Meca. Él también debe haber oído hablar de la actitud hostil de Quraish hacia las enseñanzas que amenazaban su autoridad como los maestros y gente superior, ya que el Islam enseña que todas las personas son iguales ante los ojos de Alá Todopoderoso, independientemente de su condición social, color, o raza. Muhammad (que la paz y la misericordia de Alá sean con él) también predicó el culto a una sola divinidad, Alá, en el lugar de la Meca donde se colocaron  los ídolos adorados por los paganos, y amenazó las prácticas instituidas de los antepasados ​​de los Quraishis.

En la batalla de Badr (el primer encuentro militar entre las fuerzas de la creencia- Los creyentes y los enemigos de la fe-), Un reducido grupo de casi 300 musulmanes armados derrotó a mil de los idólatras que estaban muy bien equipados en armas y material, así como otros medios de guerra. Esto fue lo que  probablemente intensificó la admiración de nuestro héroe para el Profeta Muhammad (que la paz y la misericordia de Alá sean con él) y su mensaje. Así que fue a Medina para anunciar su conversión al Islam. En la segunda batalla, la de Uhud, Abu Umamah demostró su valía como luchador sincero y feroz por la Causa. Valientemente lucharon contra los enemigos de la fe que habían llegado a Medina en busca de venganza por su anterior derrota en Badr. La motivación o intención de nuestro héroe, como la de todos los héroes del Islam era "el martirio por la causa y la complacencia de Alá". Echó un vistazo al Profeta (que la paz y la misericordia de Alá sean con él) y le pidió que orara por su muerte como un mártir en la batalla. Pero en cambio, el Profeta oró diciendo: "0h Alá, guardarles, protégeles y concédeles la victoria." Cuando el Profeta decidió seguir al enemigo con el fin de asegurarse de que no regresaran a Medina, nuestro héroe estaba en su compañía.

Unos años más tarde (el sexto año después de la Hégira, para ser exactos) el Profeta Muhammad (que la paz y la misericordia de Alá sean con él) decidió ir a la Meca para realizar la' Umrah (la peregrinación menor). Desde La Meca no estaban en buenos términos con él, envió a 'Uthman ibn Affan (que Alá esté complacido con él) como delegado para convencerlos de que el Profeta y sus compañeros se encontraban en un viaje tranquilo. Uthman como delegado se mantuvo en la Meca durante tres días, lo que preocupó al Profeta y sus Compañeros. Por lo que el  Profeta y sus Compañeros juraron lealtad al Profeta (que la paz y la misericordia de Alá sean con él) para combatir a los infieles de La Meca, a pesar de que no estaban preparados para la guerra, debido a la naturaleza del viaje. (El juramento de lealtad que se conoce en la historia como Bay'at Al-Ridwan a que se hace referencia en el capítulo 48 del Corán, versículo 18).  

“Realmente Alá quedó complacido con los creyentes cuando te juraron fidelidad bajo el árbol y supo lo que había en sus corazones e hizo descender sobre ellos el sosiego y los recompensó con una victoria cercana.” (Corán Sura 48 .18)

La fe del Profeta en él y en su conocimiento de la religión, le hizo elegir a nuestro héroe para predicar el Islam a su propia tribu. A la muerte del Profeta (que la paz y la misericordia de Alá sean con él), nuestro héroe participo activamente en las batallas contra los apóstatas (Al-Murtaddoon) en Arabia. Más tarde, cuando el califa Abu Bakr decidió enviar tropas para la conquista (o más bien la liberación) de la región de Siria (Ash-Sham) Abu Umamah se encontraba en compañía del ejército de Yazid ibn Abi Sufyan, que se dirigió a la zona conocida hoy como Jordania. Al estudiar las estrategias de guerra, se decidió a una división del ejército para iniciar la guerra contra los romanos. Esa división fue seguida por el resto del ejército en la forma de refuerzos, con el fin de debilitar la moral del enemigo. La tarea era muy peligrosa, ya que los romanos no sólo eran grandes en número, pero estaban muy bien equipados y eran combatientes entrenados. Además, este encuentro tuvo su importancia en la decisión de los árabes musulmanes en cuanto a la impresión de la guerra con el ejército romano. Nuestro héroe Umamah AI-Bahili fue elegido para esta tarea fundamental, que llevó a cabo con valentía y victorioso, con lo que se disipó la leyenda de “invencibles” de los romanos.

En cuanto a la contribución de nuestro héroe para el conocimiento islámico, basta mencionar que fue el responsable de la transmisión y presentación de informes de 270 tradiciones proféticas antes de su muerte, a la edad de 106.